El Gumi, el Ozo, el Sergio, el Steve y yo tuvimos la idea de crear un espacio en el que se reflexione sobre la imagen en general, decidimos llamar El cuarto a ese espacio, todavía está en sus pañales ontológicos, pero como tarea decidimos intentar definir esto que queremos que sea una plataforma para quienes no tienen dónde acudir para aprender - charlar - compartir - exponer - enfrentar o sólo ver imágenes. Acá mi intento:
DECLARACIÓN DE USO
¿Para qué sirve un cuarto?
Para dormir/soñar
Para comer/alimentarse
Para estar/vivir
Para yacer/morir
Para despertar/renacer
Para amar/crear
Para jugar/sentir
Para trabajar/producir
Para socializar/inducir
Para leer/compartir
Para ver/mirar/aprender a ver
Para comprender al otro con (por) sus diferencias
El cuarto es un sitio en el que me siento a gusto pues puedo dar a otros lo que sé sobre la foto, encuentro a amigos con los que puedo charlar sobre la última cámara que salió al mercado o sobre la última mina que el Gumi no se cogió, pero le hizo fotos lindas. Me siento sobre la cama a ver imágenes (fijas, en movimiento, en vivo, con audio o sin él, generadas por computadora o por manos artesanas, robadas a la realidad o a los sueños) y comparto mis inquietudes más íntimas con el que está frente mío, escucho sus intimidades y como no se parecen a las mías me quedan rondando el coco toda la noche.
El cuarto tiene mesita de noche y allí dejo las cosas que traigo de la calle, tiene ropero y allí dejo la ropa que me cubre, dejo las llaves de mis seguridades sobre la mesa, me quito los zapatos y camino descalzo, con miedos, pero sin tapujos, sin poses.
Desde ese cuartito azul (como diría el Sergio) llamo a tipos como los que vivimos aquí, apasionados como el Ozo, sencillos como el Imago o racionales como el Steve y les cuento de qué se trata, los invito a venir y quedarse, y quitarse los zapatos y a contarnos cómo piensan sus imágenes, y ni bien llegan llamo a los más chicos a escuchar, para que sepan que se puede, que no es difícil, y los más chicos no se sienten chicos, hablan de tú a tú con todos y eso me hace sentir chico y me gusta volver a sentir las cosas como antes, como hace mucho, como hace tantas capas de sociedad que ni me acordaba cómo era.
En ese espacio que también es virtual me puedo relajar y crecer un poco como pretexto mientras hago algo por los demás.
Para comer/alimentarse
Para estar/vivir
Para yacer/morir
Para despertar/renacer
Para amar/crear
Para jugar/sentir
Para trabajar/producir
Para socializar/inducir
Para leer/compartir
Para ver/mirar/aprender a ver
Para comprender al otro con (por) sus diferencias
El cuarto es un sitio en el que me siento a gusto pues puedo dar a otros lo que sé sobre la foto, encuentro a amigos con los que puedo charlar sobre la última cámara que salió al mercado o sobre la última mina que el Gumi no se cogió, pero le hizo fotos lindas. Me siento sobre la cama a ver imágenes (fijas, en movimiento, en vivo, con audio o sin él, generadas por computadora o por manos artesanas, robadas a la realidad o a los sueños) y comparto mis inquietudes más íntimas con el que está frente mío, escucho sus intimidades y como no se parecen a las mías me quedan rondando el coco toda la noche.
El cuarto tiene mesita de noche y allí dejo las cosas que traigo de la calle, tiene ropero y allí dejo la ropa que me cubre, dejo las llaves de mis seguridades sobre la mesa, me quito los zapatos y camino descalzo, con miedos, pero sin tapujos, sin poses.
Desde ese cuartito azul (como diría el Sergio) llamo a tipos como los que vivimos aquí, apasionados como el Ozo, sencillos como el Imago o racionales como el Steve y les cuento de qué se trata, los invito a venir y quedarse, y quitarse los zapatos y a contarnos cómo piensan sus imágenes, y ni bien llegan llamo a los más chicos a escuchar, para que sepan que se puede, que no es difícil, y los más chicos no se sienten chicos, hablan de tú a tú con todos y eso me hace sentir chico y me gusta volver a sentir las cosas como antes, como hace mucho, como hace tantas capas de sociedad que ni me acordaba cómo era.
En ese espacio que también es virtual me puedo relajar y crecer un poco como pretexto mientras hago algo por los demás.